La Ruta del Vino de Calatayud
Calatayud, principal localidad de la provincia de Zaragoza, tras la capital, cuenta con unas excelentes comunicaciones viarias y ferroviarias como el AVE. A tan solo 25 minutos de Zaragoza y a 55 de Madrid, es una de las zonas vitícolas de mayor altitud de España, con viñedos centenarios en condiciones naturales extremas, muy propicios para la elaboración de unos vinos de excelente calidad y reconocido prestigio.
La Comarca de Calatayud posee una gran riqueza patrimonial, con su Mudéjar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con recursos naturales únicos como el Monasterio de Piedra, una amplia oferta de balnearios de aguas minero-medicinales, campo de golf y más de un centenar de recursos turísticos, paisajes, hoteles, restaurantes y establecimientos comerciales que podrá descubrir recorriendo bodegas y degustando nuestros vinos.
Viñedo extremo. Vinos de altura.
El cultivo de la vid en la zona se remonta al siglo II a. C., confirmado con el hallazgo de un lagar en el pueblo Celtíbero de Segeda de gran importancia en la guerra numantina, situado entre los términos municipales de Belmonte de Gracián y Mara.
La primera referencia escrita sobre la gran calidad de los vinos de la Comarca se remonta al siglo I y su autor es Marco Valerio Marcial, historiador que nació en la ciudad romana de Bílbilis.
Bílbilis Augusta fue una ciudad floreciente en su época y en sus cercanías los árabes fundaron la actual Calatayud. Los romanos desarrollaron la vid, los musulmanes la abandonaron y los cristianos volvieron a destacar su importancia durante la reconquista como cultivo colonizador.
A finales del siglo XII los monjes del Cister promovieron la plantación de la vid en esta zona y fundaron el Monasterio de Piedra, y sus bodegas dan fe de la importancia de la vid en las tierras de su entorno.
Con la llegada de la filoxera a Francia los viñedos se extendieron hasta superar las 44.000 ha. Sin duda las buenas comunicaciones ferroviarias de Calatayud favorecían las exportaciones de vino y, en consecuencia, el cultivo de la vid.
En la década de los años 60 los viticultores se unen y crean las cooperativas. Posteriormente viendo la calidad de los vinos elaborados, los bodegueros solicitaron la creación de esta Denominación de Origen hasta su ratificación a finales de los 80.
Cepas con más de 100 años, la altitud a la que se encentran la mayoría de los viñedos, así como una climatología extrema, con veranos muy secos y calurosos e inviernos con fuertes heladas, dan forma al eslogan de la D.O. Calatayud, Viñedos Extremo, Vinos de Altura.