Enoturismo

La Ruta de la Garnacha

Cómo llegar

La Ruta de la Garnacha se extiende por la zona vitivinícola de la D.O Campo de Borja, a los pies del Moncayo, descendiendo por el Valle del Huecha hasta el Ebro. Al noroeste de la provincia de Zaragoza, a 60 kms de la capital, se accede a ella por la N-122 que une ésta con Soria o por la AP-68, de Zaragoza a Navarra, País Vasco y La Rioja. Los trenes de alta velocidad que llegan a Zaragoza o el aeropuerto de la capital aragonesa colocan a La Ruta de la Garnacha cerca de cualquier punto del país

Introducción

Un monte que condiciona esta tierra. Dos productos, el vino y el aceite. Tres culturas, árabe, cristiana y judía. Uvas: cabernet, merlot, tempranillo, shyra y… Garnacha. Cinco sentidos, tus cinco sentidos para descubrir La Ruta de la Garnacha.

Bodegas, restaurantes, bares de vinos, casas de turismo rural, hoteles, museos, centros de interpretación y tiendas especializadas o singulares como alimentación, artesanía, eventos, etc. A estos recursos se unen los propios del territorio, un amplia oferta cultural que se da la mano con las múltiples posibilidades que la naturaleza brinda al visitante. El Moncayo, guardián de los viñedos, apreciado por sus setas y hongos, por las aves que lo habitan, por sus brujas, sus leyendas y sus silencios, cautivará al visitante bajo su hechizo mágico.

Esta tierra es Tierra de Leyendas donde escritores, poetas, músicos, etc., han dado lo mejor de sí para dotar a este territorio de una personalidad única y diferente.

El vino de El Imperio de la Garnacha

El Imperio de la Garnacha tiene casi 8 siglos de edad; los viñedos más antiguos de la D.O. datan de 1145 y de las 5.000 hectáreas de garnacha, más de 2.000 tienen edades comprendidas entre 30 y 50 años. Sus producciones son bajas, pero inmensamente apreciadas enológicamente, por la complejidad estructural y aromática que proporcionan a los vinos. En la zona baja, encontramos garnachas en vaso y en espaldera. Sus vinos son cálidos, potentes y muy aromáticos. La zona media se caracteriza por tener la mayor concentración y densidad de viñedos. Son los suelos de las terrazas del río Huecha, con vinos muy complejos, intensos, estructurados y carnosos. La zona alta de la D.O. corresponde a las estribaciones del Moncayo, con vinos finos, sutiles y elegantes.

Estos caldos afrutados y equilibrados acompañan perfectamente al ternasco, a los pimientos y espárragos de las riberas del Canal de Lodosa, a un asado de cabrito moncaíno, a un plato de migas con chorizo y uvas, al pan recién horneado rociado con aceite de empeltre y arbequina o untado con caviar de oliva de la sierra del Moncayo o al queso de oveja de Bureta con miel de Fuendejalón.

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